Abriendo la puerta de la virtualidad

La verdad es que leo blogs hace mucho tiempo. El primer contacto que tuve con uno (léase el primer contacto a sabiendas de que se trataba de un blog) fue con uno conocido de política. No haré el cherry respectivo porque pues, soy nuevo en ésto y creo que el mencionado no necesita más publicidad (la verdad, lo envidio un poco). Y es que ésto de las bitácoras en red se ha vuelto algo tan explosivo, y una herramienta de comunicación y al mismo tiempo de catársis tan efectiva, que no pude más que probar y hacer el intento yo mismo.

He vivido conectado casi de forma automática a la computadora desde que salí de la universidad y al fin pude comprarme una propia, pues la de la casa de mis padres servía prácticamente de pisapapeles y gracias al boom de las cabinas de internet hace unos 10 años la vida tomó nuevos colores ante mi.

Hoy por hoy navego en una velocísima vaio de Sony que compré por capricho de mi esposa. Si le hubiese permitido decidir algo más acerca de mi máquina, ésta hubiese terminado definitivamente siendo rosada. Es mi adoración (mi máquina... mi esposa también) y a pesar de que últimamente todas las mañanas antes de empezar a trabajar veo los videos de Elmo en Plaza Sésamo.com con mi enano, una partecita mía sufre cada vez que el gordo estira las manos para darle un palmotazo al teclado.

Es que desde que trabajo en casa, la vida es definitivamente más sabrosa. Y sólo gracias a eso, es que he decidido empezar ésta bitácora.

Verán, empiezo una nueva etapa en mi vida, una etapa por la que he apostado mucho, y no sólo yo, sino todos en casa. Hemos apostado siempre por crecer juntos, y ahora que lo estamos haciendo, temores y esperanzas aparte, he decidido mantener un registro constante de las pequeñas alegrías de mis días, porque el trabajo es duro, pero en compañía de mis amores, es dulce y reconfortante.

No me quiero explayar mucho más, la idea era escribir un primer post... y no un primer libro, jaja. Así que aquí pongo el punto final, y me doy a mi mismo la bienvenida a la tan famosa ya, blogósfera.

Aplausos para mi.