Tres tips para ser tu propio jefe

1.- Lleva una agenda. Oblígate a escribir paso a paso las citas, las necesidades, las reuniones de la semana. Conviértete en una persona planificada y ordenada. Coordina tus reuniones y aprende a maximizar el tiempo que duren. Llama y reconfirma siempre tus citas y reuniones. Ser tu propio jefe implica tener tu propio horario, dedicarte a lo tuyo en el momento en que lo decides. Pero si tu trabajo incluye el trabajo de otras personas, organízate para no perder ni tu tiempo ni el de los demás.

2.- Aprende. Oblígate a aprender de lecturas, de otras personas y de experiencias. Siempre habrá alguien que hizo las cosas antes, después, mejor, peor, más rápido o más lento que tú. De todas aquellas personas puedes aprender, y aplicar éstas enseñanzas logrará que tú puedas ser siempre mejor. El perfeccionamiento propio siempre se reflejará en tu trabajo, hagas lo que hagas. Cuando tengas dudas, pregunta, resuélvelas y verás que el camino será menos tortuoso y los obstáculos no serán más infranqueables. Comparte tus experiencias y establece una red de feeback de conocimiento. Siempre te vendrá a la mano la sabiduría ajena.

3.- Cree en ti. Confía en la calidad de tu trabajo. No saltes a ser tu propio jefe si realmente necesitas a alguien encima tuyo. Cree en lo que haces o por lo que luchas, hazte la firme promesa de mejorar, establece metas reales a corto, mediano y largo plazo, y esfuérzate por cumplirlas. Por lo mismo, establece metas reales. Una actitud positiva siempre funciona y te garantiza el éxito, siempre y cuando la misma sea una actitud positiva y no soñadora. Permítete volar, pero prepárate siempre para el despegue.